El pueblo menonita desde sus orígenes ha sido un pueblo tradicionalmente emigrante, algunas veces obligados por las leyes de los países donde estaban situados, por ser leyes contrarias a sus creencias religiosas, y otras veces por carecer de espacio adecuado y suficiente para la población en crecimiento.

Desde su llegada al Continente Americano han establecido asentamientos en Canadá, concretamente en la provincia de Manitoba; en México, en los Estados de Chihuahua, Durango, Zacatecas, Campeche y Chiapas; en América Central en el país de Honduras y en América del Sur, en Bolivia y hace 16 años compraron tierras en Argentina, las cuales les fueron vendidas a razón de cuarenta dólares por hectárea, logrando comprar 8,500 hectáreas. En la actualidad viven en Argentina 104 colonizadores duranguenses y están por emigrar nueve familias más con un total de sesenta gentes. Han nacido en Argentina cuatro niños hijos de menonitas mexicanos.

El dinero para comprar tierras laborables en otras regiones del país o del extranjero se reúne en un fondo donde cada menonita productor de leche sin excepción, tiene que cooperar 2 centavos por litro de leche producido